Hemos visto con gran tristeza como los actuales padres
de familia, sobre todo los abuelos y bisabuelos han tenido gran culpa con lo
que actualmente sucede (Noviembre 2016). Nunca platicaron a sus hijos lo que
verdaderamente sucedió durante la “robolución mexicana”, del siglo pasado, la
cual fue concebida, planeada, financiada y ejecutada desde la capital del país
vecino del norte, apoyados por traidores, despistados, ingenuos y tipos de la
peor calaña. Al igual que ahora (1994 al 2016). Todo con la promesa de “sacar
al pueblo de la pobreza”, aunque el objetivo oculto y final era y es hasta la
fecha hundir más a nuestra Patria en la más cruenta miseria.
Los traidores fueron bien manejados y utilizados por
la quinta columna, tal y como lo vemos hoy día. E. U., creó problemas, envió
armas, entrenó y asesoró a pillos que después gobernarían al país bajo sus
órdenes, todo con el fin de obstruir el progreso de la República Mexicana.
Los románticos “héroes” sureños de 1994 ya se dieron
cuenta que fueron rebasados. Les urge acelerar los problemas para no ser
entregados por quienes les dieron alas.
La historia que voy a relatar es una de las miles de
historias que acontecieron en el siglo XX, cuando unos cuantos pillos que se
dejaron manejar con el único fin de hundir al
país en una de las más crueles situaciones y para entregarlo a la
esclavitud total con los Tratados de Bucareli.
Hábilmente y en forma oculta el representante gringo ordenó
matar a Francisco I. Madero y a Belisario Domínguez. Después, se eligió LEGALMENTE al Presidente Interino General
Victoriano Huerta Márquez.
Los “generales*” Pascual Orozco (Jr), Benjamín
Argumedo, José de J. Campos, Marcelo Caraveo, Ricardo Gómez Robelo y el Cor.
Pascual Orozco (Sr), arribaron a la Ciudad de México procedentes del norte del
país, el 12 de Marzo de 1913, a fin de jurar su adhesión al Gobierno Interino y
a ofrecer sus servicios. El General y Presidente interino les dispensó la más
cordial bienvenida, les proporcionó elementos para combatir a los jefes
maderistas que se estaban negando a reconocer su gobierno**; y regresaron a la
frontera donde el General Francisco Villa(+) fácilmente había controlado
diversas plazas como resultado de la sumisión de los jefes orozquistas.
Otro de los jefes rebeldes que se aprestó a reconocer
al Gobierno Interino, lo fue el “General” José Pérez Castro, joven valiente
(sin estudios militares), romántico redentor, calavera, derrochador de dinero y
que, durante los últimos tiempos del porfirismo, figuró en las ciudades de
Guadalajara, Lagos y San Luis Potosí.
Al contrario del “General Orozco, que provenía de baja
estrata social, José Pérez Castro (auto nombrado General), nació en buenos
pañales. Y TENÍA SU CUENTA DE TODOS LOS BOTINES, PRODUCTO DE TODAS SUS
FECHORIAS, EN ESTADOS UNIDOS(%).
Al llegar la “revolución” de 1910, llevado de su
espíritu romántico y aventurero - a diferencia de otros oportunistas que solo
aprovecharon para enriquecerse a la sombra de la “revolución” – más que por razones políticas, se levantó en armas con
peones de sus Haciendas y tomó activa participación en la lucha, especialmente
en el Estado de Jalisco.
Tomado el puerto de Veracruz , por las tropas yanquis
bajo el mando del Almirante Fletcher y en contubernio con los traidores (así lo
describen los diarios de esa época) quienes atacaron hasta horas antes de l
desembarco afroanglosajonamericano al Gobierno Federal y minutos después de la
invasión para facilitar la toma de la Capital. Aun así el gobierno interino pudo
defender a la Nación, pero los hechos internacionales que se avecinaban hizo
que los Embajadores de Inglaterra, España, Alemania y E. U., aconsejaran al
General Huerta dimitiera y cambiara su estrategia. Principalmente lo hizo el
Embajador inglés, debido a que el Gobierno Británico y el
afroanglosajonamericano ya habían llegado a un acuerdo político internacional,
benéfico a todas luces y en todos sentidos para los ingleses. Por tanto
Inglaterra retiraba su apoyo al Gobierno Interino.
Por tanto los jefes militares maderistas que acataron
el llamado de paz del Gobierno Huertista, quedaron en la más difícil de las
condiciones, entre ellos figuraban los
“Generales” Pascual Orozco y José Pérez Castro, quienes tuvieron noticias de la
dimisión del General Huerta, cuando al frente de unos cuantos hombres
merodeaban por el interior de la República y se hallaban sin fondos.
Creyendo poder salvarse, tomaron el acuerdo de
desconocer a Victoriano Huerta Márquez y declararse rebeldes sin bandera, a
cuyo fin lanzaron en el Bajío un curioso
manifiesto a la Nación. Pero dicha estratagema no les dio el resultado que
esperaban, pues el General Pablo González al tener noticias de la presencia de
los guerrilleros en el Estado de Guanajuato, los mandó batir, a cuyo fin libró
órdenes a sus segundos.
EL SAQUEO DE LEÓN, GTO.
Esta ciudad al igual que casi todas las de nuestro
país sufrió un día y una noche de terror, hubo
saqueos, incendios y violaciones a diestra y siniestra de todas las
mujeres. Tal y como sucede en toda época de ingobernabilidad, en todo el mundo.
Las intenciones de Orozco, al tener noticias del
desmoronamiento de la administración del gobierno interino, fue el dirigirse al
norte del país, con el objeto de permanecer levantado en armas por tiempo
indefinido, o bien exiliarse a los E. U., en espera de nuevas órdenes.
Pascual Orozco hijo, se encontraba escaso de recursos,
por eso cuando Pérez Castro le propuso saquear la Ciudad de León, que era muy
rica e industrial, le pareció bien. Y accedió a acompañarlo en la aventura. Así
fue como en los primeros días de Mayo de 1914, salieron de las inmediaciones de
Lagos, Jal., en donde se hallaban, con dirección a León, Gto., acompañados de
una pequeña fuerza. La toma de la población fue muy fácil, prácticamente se
hallaba desguarnecida, penetraron los rebeldes tras disparar unos cuantos tiros
y sin sufrir bajas.
Una vez en posesión de la importante plaza la “tropa”
del “General” José Pérez Castro procedió a saquear concienzudamente la Ciudad,
la mayor parte del dinero y joyas fueron a dar a manos de Orozco y Pérez Castro
quienes se dividieron por mitad el producto del pillaje, cuyo monto ascendió a
$400,000.00 (cuatro cientos mil pesos).
Pero lo más grave del terror para ésta Ciudad, de todo
el día y la noche, no fueron precisamente los robos, el plagio y ultraje de las
muchachas más bonitas de la población; sino lo que a juicio de la sociedad de León, los aterró, fue que
TODAS las mujeres fueron víctimas
(pobres, ricas, adultas, jóvenes, enfermas, sanas y hasta niñas) desde
la mejor sociedad hasta las más humildes.
La lista de las mujeres mancilladas fue enorme pero
las principales víctimas resultaron ser María Y Esther Ledesma debido a su
asesinato por haberse negado a seguir a unos secuaces de Pérez Castro.
Cometida su fechoría (como la de muchos
revolucionarios) éste romántico héroe y su gente resolvieron salir de la Ciudad
por el rumbo que más le convino, Pérez castro se dirigió a una Hacienda que
había expropiado a nombre de la revolución, por el rumbo de los Altos, Jal.,
así las cosas éste calavera siempre
disfrutó de su fortuna habida al amparo de la revolución en sus últimos días de
guerrillero. Andaba siempre en unión de una estupenda belleza de nombre Blanca
Suárez, ex falena profesional quien asistió al lado del delincuente, al saqueo
de León y tomó parte en él. Terminada la contienda esperaban ir a E. U., a
disfrutar lo que ya habían amasado. Para ello se valió de un coyote (brocker)
quien también amasó enorme fortuna.
De ahí que cuántas joyas de valor cayeron en poder de
la gente de Pérez Castro, fueron a dar a manos de Blanca quien se colgó las que
pudo y el resto lo guardó en las cantinas de la silla en que montaba.
Después del saqueo, ambos “generales” se despidieron y Pérez se fue a Los Altos,
Jal. El Jefe carrancista que se hallaba más cerca de León cuando se registró el
saqueo de la plaza lo fue el General Don Pablo González, quien al saber lo
ocurrido, destacó gente para atraparlos. Los Constitucionalistas entraron a
León a la noche siguiente sin disparar un solo tiro e inmediatamente fueron en
persecución de Orozco y de Pérez Castro.
Orozco “logró evadirlos”, pero Pérez Castro fue
capturado cuando iba rumbo a su Hacienda y se le regresó a León junto con
Blanca y su gente. Se les formó consejo de guerra a Pérez y a su amante, habiéndoseles comprobado el saqueo y varios
asesinatos, fueron sentenciados a muerte.
Al día siguiente ambos fueron conducidos a la plaza de
armas de la población y ejecutados en el quiosco. Se dice que Pérez murió de
pie, no así su amante a quien tuvo que amarrársele a un poste para que pudiese
permanecer de pie.
Con mis ojos he visto muchas cosas semejantes
Y peores oyeron mis oídos.
El movimiento de 1910 y el actual es solo con el fin
de esclavizar y saquear aún más al pueblo mexicano. ¿quién da las armas? ¿quién
asesora?. Esto no lo ve el que no quiere
verlo.
* Los grados militares se los otorgaban ellos mismos a
discreción, ninguno tenía estudios militares, algunos actuaban por cuenta
propia, pero la gran mayoría tenía asesores militares gringos y solo algunos
eran asesores mexicanos. Igual que hoy..
** Es importante señalar que los agentes
norteamericanos andaban muy activos tratando de evitar que los gobernadores de
Coahuila, Chihuahua, Sonora, Tamaulipas y Nuevo León, reconocieran al nuevo
gobierno interino del General Huerta.
(+) Es importante volverá señalar que los traidores
(llamados rebeldes) obtenían dinero mediante secuestros, robos, asesinatos
colectivos y/o individuales, saqueos, etc.,
para comprar armas al gobierno de E.U. tal y como actualmente sucede.
(%) Al fallecer éste personaje todo su botín - dinero
en efectivo, joyas, documentos, usurpación de bienes, etc. – fue a parar a
manos del gobierno de E. U. y de banqueros quienes se adueñaron de propiedades
en nuestro país.
Ing. Federico Juárez Andonaegui
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